Esta pequeña población basa actualmente su economía en el turismo aunque no están masificados en ella los hoteles de gran capacidad sino más bien dedicados a un turismo familiar de medio-alto nivel adquisitivo. También cabe destacar la industria pastelera, de gran renombre en la zona. Cabe remarcar que hacia la segunda mitad del siglo XX se desarrolló en este pueblo señorial una industria dedicada a la producción de frenos para la automoción cuyo máximo exponente fue la empresa Frenos Sauleda. Esta industria prosperó hasta principios del presente siglo cuando la citada empresa se trasladó hacia polígonos industriales exteriores al núcleo urbano propiamente dicho de San Pol de Mar.