Cuando el tiempo me obligue a doblar la cabeza,
y a pesar de mirarte, tu dulzura no vea.
Cuando ya un ser humano mi persona no sea...
Cuando, ignaro, mi cuerpo se mueva con torpeza.
Cuando tiemblen mis manos sin rozar tu belleza,
y mi voz ya no sepa transmitirte una idea,
olvidando que fuiste mi adorable azalea...
Cuando mi alma, cansada, se muera de tristeza.
Cuando ya ni siquiera me acuerde de tu nombre.
Cuando llegue a olvidar nuestra vida pasada.
Cuando solo persista en mi cuerpo su faz...
Nunca olvides los años en que yo fuí tu hombre.
Ten presente aquel tiempo en que fuiste mi amada,
y concedeme, cielo, el reposo y la paz...
© Antonio Pardal Rivas
Un bellísimo poema!!!
ResponderEliminarPero deseo de todo corazón que ese día nunca llegue, es tan doloroso que el alma se te desgarra.
Qué nunca tengas ni tenga que vivir eso, yo por desgracia si lo he hecho.
m
Es verdad pero opino que es como la vida misma.UN SALUDO.
EliminarUn poema muy triste pero tan real que da miedo, espero que nunca tengamos que pasar por algo así, con tu permiso lo he compartido en facebook.
ResponderEliminarBesos
Verdadera mente es triste por su realidad pero hermoso
ResponderEliminarCuanta tristeza hay en este poema de Antonio Pardal, pero es una realidad muy presente y que me ha tocado vivir muy de cerca.
ResponderEliminarUn abrazo.